Cuenta  la leyenda, que fue Paikea, el jinete de ballenas, quien llegó desde el mar montado en una ballena-madre para crear las tierras del pueblo maorí y que les enseñó las tradiciones y los rituales sagrados para que el pueblo se desarrollase, permaneciese unido y respetase a la naturaleza madre. En la actualidad, las tradiciones se han ido perdiendo, muchos maoríes han emigrado a Europa y el pueblo ya no conserva su fuerza. Ya no se danzan las danzas guerreras, ya no se canta a la madre naturaleza, ya no se oye el canto de las ballenas. Se espera que Paikea se encarne en un niño que unificará de nuevo al pueblo, pero en un parto entre dos gemelos, muere la madre y el hijo, y nace una niña. El padre, en duelo, no desea tomar una nueva esposa, ni tener más hijos. Y ahí comienza todo…
     Si podéis alquilarla merece la pena verla, hay mucho simbolismo sagrado, una gran belleza y una fuerza tremenda en la niña-mujer que se conoce a si misma, defiende su visión y cabalga con amor y autoridad su fuerza ancestral

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